miércoles, 23 de mayo de 2012

Oscuro secreto: El Lavadero

Tengo que admitir que mi casa está generalmente ordenada... generalmente limpia... generalmente lista para recibir visitas...
Como toda generalización hay varios ejemplos que se escapan a la regla. Y este es el caso de ciertos sectores de mi casa que no cuentan con mi atención. Así me pasa en la vida, en el trabajo y en el orden también, esto de seguir un círculo vicioso (en otros casos virtuoso), en el que uno se pregunta "qué le hace una mancha más al tigre?", y sigue con el mismo -en este caso- desorden.
Tal es el caso de mi lavadero. Llamarlo "mi lavadero" suena un poco presuntuoso considerando el espacio que ocupa. Estamos hablando de un rincón de 0.70 x 1.60 al final de la cocina, pero no por eso debería ser olvidado o descuidado. Mejor dicho, precisamente por su pequeño tamaño es que debería estar más ordenado y tener cada cosa en su lugar.
Pero bueno, el caso es que decidí darle un cambio importante para que pase de ser el "junta-basura" a ser un lugar funcional realmente aprovechado. No tengo lavarropas porque el que tenía al momento de mudarme no entraba bajo la mesada y el edificio tiene laundry; asíque debería ser un espacio para lavar las pocas ropas que requieran lavado a mano, limpiar zapatillas, almacenar todo lo relacionado con el mantenimiento de la casa (aspiradora, bolsas, etc), planchar (honestamente no es algo que haga seguido, pero quizás contar con el espacio me inspire?), y usar como un área auxiliar a la cocina para cuando cocino con Monsieur Verbena, ya que tiene una buena mesada, canilla, etc.
Hasta hace poco era un caos...


Se puede ver abajo de esa pila de bolsas y canasto un microondas... se puede apreciar el desorden total... el canasto con objetos para donar, bolsas de bolsas, aguarrás, todo lo que no sabía donde poner... 


Varias veces en revistas y otros blogs leí que cuando no hay espacio horizontal, conviene aprovechar el espacio vertical. Es así que me decidí a colgar un estante para poner todas aquellas cosas que necesitaban un lugar para liberar la mesada.
Compré un estante de pino, lo pinté con esmalte blanco al agua, le puse una moldura, puse las ménsulas, colgué el estante...


Y de a poco todo fue tomando forma... 


Agregué también un cesto que me faltaba (y que creo que ilumina todo el espacio), colgué un marco que tenía con una foto que saqué hace un tiempo de unas flores con unos colores espectaculares (la primer foto que tomé con mi Nikon actual)... y voilá!


El costo de todo el cambio habrá sido menos de 200 pesos (sumando estante, cesto, ménsulas, pintura, etc)


No es el lavadero de mis sueños (creo que nunca soñé con un lavadero por suerte), pero bien cumple los requisitos de organización, espacio y limpieza.
Y es llamativo lo útil que es ese pequeño espacio extra de mesada en una pequeña cocina como la mía. 
Me gustaría en una próxima etapa poner unos canastos de colores todos iguales y cambiar la foto por alguna otra imagen (pero estoy esperando al color de los canastos para que armonice). 
Por el momento estoy contenta con lo práctico y organizado que quedó este rincón.


Acá va una foto del antes y el después:


Ya vendrán los próximos progresos!! 

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