jueves, 31 de mayo de 2012

Rutina

Algunas amigas cuando vienen a casa me preguntan cómo hago para mantener la casa sin ayuda para limpiar?
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Bueno, primero que nada, no siempre está todo ordenado y pulcro.
El hecho de que nadie venga a hacer la limpieza no es accidental. Es un tema premeditado, discutido y consensuado en nuestra pareja. En nuestra lista de pros está obviamente la comodidad y el tiempo ganado; pero nuestra lista de contras es un poco más extensa, entre otras cosas, está que al yo trabajar desde casa, pierdo un poco de privacidad / libertad / flexibilidad al tener que ajustarme a los horarios de un tercero, y algunos otros puntos operativos por el estilo, pero en el centro de toda la "oposición" se encuentra un motivo más fundamentalista: Nos parece que está bueno que nosotros mismos limpiemos lo que nosotros ensuciamos.
Ojo, no estoy en una cruzada contra la ayuda en casa, de hecho creo que si tuviese una casa más grande, nenes, o un trabajo que me tome más tiempo; optaría por potenciar mis tiempos libres, y recurriría sin dudas a pedir ayuda. Pero así como está todo, en 60 m2, sin hijos, y trabajando desde casa, parece lógico que podamos llevar cierto orden solos.
Por otro lado está el tema de la distribución de tareas entre nosotros. No me definiría como feminista, pero sí creo que el tiempo de hombres y mujeres vale -o debería valer- lo mismo. Creo que tiene que haber una negociación para que el peso de la casa esté bien distribuido. También creo que en una pareja la comprensión, equilibrio y flexibilidad son claves. Es así que durante algunos meses del año en los que yo trabajo menos tomo la posta de las tareas más pesadas de la casa, y en los otros meses en los que se da vuelta la balanza, se regula todo para el otro lado.
Como regla general a mi me gusta cocinar, con lo que al otro le tocará lavar -salvo que quiera cocinar que siempre será bienvenido, pero todavía estoy esperando ese día de inspiración culinaria :) (donde están los Francis Malman de la vida real?)-.
Sacando eso, estamos cursando uno de los meses en los que tengo menos trabajo, así es que el resto de las actividades caen en mi rutina semanal. Intento organizarme para que no me quede ningún día pesado de limpieza, sino más bien pequeñas tareas no muy densas, y mantenimiento de todo.
Así se desarrolla mi semana doméstica:

Todos los días hay una mini rutina que no toma más de 15 minutos: breve orden del baño mientras me lavo los dientes, hacer la cama, lavar los platos que queden en la cocina, sacar la basura, regar las plantas y un orden general (ese que te hace guardar las zapatillas, estirar una manta o sacudir algún almohadón).

Lunes: limpieza a fondo de baño en suite y toilette
Martes: limpieza a fondo de cocina
Miércoles: Aspirar y encerar todos los pisos
Jueves: Limpieza especial* (a desarrollar)
Viernes: Repaso general, cambiar sábanas, limpiar vidrios y lavar ropa
Sábado y Domingo: solo la mini rutina, el resto del tiempo es puro desordenar

*Las limpiezas especiales centralizarían actividades específicas de no más de 1 hora que no hago dentro de las otras limpiezas. Por ejemplo: limpiar las alacenas, limpiar el horno por dentro (puaj), ordenar los cajones, lavar zapatillas, cambiar plantas, etc.
Tengo una lista de estas tareas especiales (si, eso es de loca), y voy agarrando por semana la que menos fiaca me de ese día.

No puedo negar que me gusta estar organizada y hacer múltiples listas; así es que este método a mi me funciona.

Espero que mi rutina sirva de inspiración.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Oscuro secreto: El Lavadero

Tengo que admitir que mi casa está generalmente ordenada... generalmente limpia... generalmente lista para recibir visitas...
Como toda generalización hay varios ejemplos que se escapan a la regla. Y este es el caso de ciertos sectores de mi casa que no cuentan con mi atención. Así me pasa en la vida, en el trabajo y en el orden también, esto de seguir un círculo vicioso (en otros casos virtuoso), en el que uno se pregunta "qué le hace una mancha más al tigre?", y sigue con el mismo -en este caso- desorden.
Tal es el caso de mi lavadero. Llamarlo "mi lavadero" suena un poco presuntuoso considerando el espacio que ocupa. Estamos hablando de un rincón de 0.70 x 1.60 al final de la cocina, pero no por eso debería ser olvidado o descuidado. Mejor dicho, precisamente por su pequeño tamaño es que debería estar más ordenado y tener cada cosa en su lugar.
Pero bueno, el caso es que decidí darle un cambio importante para que pase de ser el "junta-basura" a ser un lugar funcional realmente aprovechado. No tengo lavarropas porque el que tenía al momento de mudarme no entraba bajo la mesada y el edificio tiene laundry; asíque debería ser un espacio para lavar las pocas ropas que requieran lavado a mano, limpiar zapatillas, almacenar todo lo relacionado con el mantenimiento de la casa (aspiradora, bolsas, etc), planchar (honestamente no es algo que haga seguido, pero quizás contar con el espacio me inspire?), y usar como un área auxiliar a la cocina para cuando cocino con Monsieur Verbena, ya que tiene una buena mesada, canilla, etc.
Hasta hace poco era un caos...


Se puede ver abajo de esa pila de bolsas y canasto un microondas... se puede apreciar el desorden total... el canasto con objetos para donar, bolsas de bolsas, aguarrás, todo lo que no sabía donde poner... 


Varias veces en revistas y otros blogs leí que cuando no hay espacio horizontal, conviene aprovechar el espacio vertical. Es así que me decidí a colgar un estante para poner todas aquellas cosas que necesitaban un lugar para liberar la mesada.
Compré un estante de pino, lo pinté con esmalte blanco al agua, le puse una moldura, puse las ménsulas, colgué el estante...


Y de a poco todo fue tomando forma... 


Agregué también un cesto que me faltaba (y que creo que ilumina todo el espacio), colgué un marco que tenía con una foto que saqué hace un tiempo de unas flores con unos colores espectaculares (la primer foto que tomé con mi Nikon actual)... y voilá!


El costo de todo el cambio habrá sido menos de 200 pesos (sumando estante, cesto, ménsulas, pintura, etc)


No es el lavadero de mis sueños (creo que nunca soñé con un lavadero por suerte), pero bien cumple los requisitos de organización, espacio y limpieza.
Y es llamativo lo útil que es ese pequeño espacio extra de mesada en una pequeña cocina como la mía. 
Me gustaría en una próxima etapa poner unos canastos de colores todos iguales y cambiar la foto por alguna otra imagen (pero estoy esperando al color de los canastos para que armonice). 
Por el momento estoy contenta con lo práctico y organizado que quedó este rincón.


Acá va una foto del antes y el después:


Ya vendrán los próximos progresos!! 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Paper 53

Durante estos últimos días estuve copada con una nueva aplicación de Ipad: Paper by thirty three.
Es una aplicación para hacer bocetos y tener un borrador a mano. Está buena para mostrarle una idea a alguien o para simplemente perder muchas horas dibujando lo primero que se cruce por la cabeza.
La base de la aplicación, y la primer pluma son gratis. Se pueden generar muchas libretas para organizar los dibujos según sean ideas, sketches, etc.




martes, 1 de mayo de 2012

El cabecero: Una historia desafortunada

Buena y mala noticias...
Terminé el cabecero de cama. Esta oración engloba la buena y la mala.
Se puede deducir que no me gusta ni un poco...
El género que elegí, el "celeste jardín de infantes", no es para nada como me lo había imaginado... Se arreglará si lo retapizo con alguna otra tela???
Estoy pensando si no será mejor cortar por lo sano y comprar todo un equipo de dormitorio nuevo... 
Mientras tanto comparto como fue el armado de lo que tengo hasta ahora:


1) Tuve que hacer las compras: una placa de fibrofacil, una goma espuma de densidad media, y la tela (que ya había comprado)
2) Atornillé los soportes a lo que después sería la parte trasera de la madera
3) Planché el género y lo ubiqué debajo de la goma espuma, debajo de la madera (para poder engrampar después) - Acá ya empecé a notar que el celeste era distinto a lo que me imaginaba)
4) Engrampé la tela a la madera (aprox cada 5 cm. una grampa)
5) Coloqué dos tarugos con sus respectivos tornillos en la pared, y colgué (necesité una mano extra acá)
6) Me reí toda la tarde de lo mal que quedó y estuve el resto del día en google buscando una cama nueva